viernes, enero 01, 2010

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miércoles, abril 20, 2005

Los trucos caseros

¿Será posible?

Una media vida buscando la crema apropiada, rellenando el gran maletón de los 1000 tipos de maquillaje con todos los accesorios, aprendiendo la diferencia entre piel grasa, mixta, seca, sensible... y ahora resulta que descubro que no hace falta gastarse tanto dinero. ¿Os hacéis a la idea de la cantidad de ungüentos caseros que hay con frutas, cítricos, condimentos y otros comestibles como la miel, el aceite (madre mía, si sirve para todo), además de otro tipo de productos como el agua de rosas, bolsas de te usadas o plantas.

Un ejemplo:
Trucos Caseros

¿qué otras cosas sabrá mi abuela que no me hayan contado?

¿para qué tanto maquillaje si descubro que con un simple lápiz de labios puedo pintarme la cara entera?

Pero ya no sólo para la cara, si no para el pelo, para la depilación, para un sinfín de cosas que nos "hacen sentir mejor" ¿o no?

Es verdad que este post parece muy "de mujeres", pero también hay trucos para las ojeras, para dormir mejor, para mantenerse en forma...

Hay trucos caseros para todo. Para belleza, para limpieza, para ser feliz.... aaaaaaaaaayyyyyy para ser feliz dije!!! el otro día leí una frase: "la felicidad no es tener lo que uno quiere, sino querer lo que uno tiene". ¡Qué gran verdad!

Pero de la felicidad hablaremos otro día. Y de esos trucos "caseros" para ser feliz. Un adelanto: a mí me sirven. Cada vez lo soy más :)

¿y qué es lo primero que se hace cuando uno es feliz? contagiar.

lunes, diciembre 13, 2004

¿Quién es ése del chándal?

Santiago Bernabéu.

A falta de siete minutos escasos para la finalización del partido Real Madrid - Real Sociedad, medio despistada viendo una monotonía de jugadores poco motivados que dejan escapar buenas ocasiones de gol, y pensando más en lo que voy a hacer cuando salga que en el propio evento que tengo ante mis ojos, algo ocurre. Algo raro.

¿Quién es ése del chándal? pregunta mi compañero. No sé, qué raro. ¿Qué pasa?. Un gesto con las manos, un silencio sepulcral, que no real, y los jugadores desaparecen en un abrir y cerrar de ojos. Todos de pie, el agua que tenía en las manos se me cae y me moja los pantalones. ¿Pero qué pasa? La gente empieza a abandonar sus asientos y se dirige a la salida. Las piernas empiezan a temblarme.

Tranquila, me dice mi compañero, tranquila, no pasa nada, no te preocupes. Y una voz por megafonía nos pidió que por favor abandonáramos el estadio. ¿Bomba? ¿Incencio? ¿Amenaza? pero ¿qué pasa? Me tiembla todo el cuerpo, no me llega la sangre a la cabeza y empiezo a marearme.

El campo de juego estaba lleno de gente. El padre de mi amigo es minusválido y se mueve con dificultad, así que esperamos que la gente vaya saliendo para poder salir nosotros los últimos, lejos de la avalancha de gente. Aunque tal avalancha no hubo como tal. La gente salía deprisa pero ordenadamente, con paciencia. Algo realmente asombroso. Supongo la mayoría no creía que fuera nada grave.

Yo, con el 11 de Marzo en la cabeza, con las pequeñas bombas que va dejando ETA últimamente allá donde puede, me invadió un terror indescriptible. Quizá no quieran montar una masacre, pero sí un par de muertos... o heridos... o simplemente asustarnos. Y con esa idea seguía temblando, quieta en mi sitio, esperando que todo el mundo saliera antes que yo para salir nosotros después, más despacito.

La gente me miraba cuando decía que me mareaba, y buena cara de susto debía tener. Cuando conseguí hablar con mi padre por teléfono, efectivamente era una amenaza de bomba. "Hijos de puta" es lo primero que te viene a la cabeza. Semejante susto hay que vivirlo para saber lo que es. ¿Estás asustada? me pregunta una conocida. Sí. Yo también. Y con sonrisas y conversación agradable, fuimos desalojando tranquilamente el Bernabéu, muy despacio, pero sin dejar de temblar.

Los momentos de mareo pasaron, aunque hubo un momento en que pensé que me venía abajo. Respira, respira me decían. Vamos, tranquila, seguro que no es nada. Dejamos el coche en el parking, y nos dirigimos a una cafetería. La calle estaba llena de gente, la mayoría corriendo o andando deprisa, configurando un paisaje caótico que cuando menos, impresionaba.

Los puestos de palomitas, pipas y demás eran recogidos con rapidez. Las sirenas de la policía sonaban sin cesar. En fin, bastante caos. Pero realmente un caos que estaba en mi cabeza, porque al hacer una valoración de los hechos, el Bernabéu fue desalojado en minutos y con un orden asombroso. No hubo ningún problema, al menos que yo sepa. La gente salió admirablemente. Otra prueba más de que el ser humano responde. ¿O de que ya estamos desgraciadamente acostumbrados a este tipo de acontecimientos? Uff, prefiero no pensarlo.

Pasó bastante tiempo antes de que dejara de temblar y se me asentara el cuerpo.

Después de cenar pasamos a recoger el coche, y estaba la zona desértica, salvo un grupo de gente con cámaras en una de las puertas del Bernabéu, y un grupo de policías y coches de policía.

Afortunadamente, una experiencia que puedo contar, y que no se ha quedado más que en una anécdota.

jueves, diciembre 02, 2004

Somos de colores

Somos diferentes.

Y tanto. Utilizamos las mismas palabras para decir cosas distintas. Hablamos distintos idiomas psicológicos dentro de los mismos idiomas lingüísticos. Y tenemos diferentes oídos, diferentes orejas.

Tenemos una idea, la expresamos con nuestras palabras (ya puede distar de la idea), la otra persona escucha con sus oídos (vete tú a saber qué) y "traduce" en su cerebro lo que le ha parecido entender. Entonces contesta. Lo bueno de esto es que como a veces utilizamos las mismas palabras para expresar ideas diferentes, o a veces hablamos sin saber bien lo que decimos o sin conocer el alcance de nuestras palabras, es posible que esta tremenda falta de comunicación apenas se note. En ocasiones. Y se necesita más tiempo para comprender o comprobar que:

1.- lo que queríamos decir de verdad lo hemos dicho.
2.- lo que queríamos decir de verdad lo ha entendido el otro como tal.

Supongo que esto de la comunicación es una de estas razones ocultas por las que nos enamoramos de una persona, y de otra no. A veces decimos ¿cómo no me gusta este chico apuesto, elegante, buena gente... y en cambio me vuelve loca el gordito ése que a veces cuenta unos chistes malísimos y que viste fatal...? Pues puede ser por el olor (un día leí que tenemos olores compatibles o incompatibles con cada persona, pero no el de los perfumes, si no el olor personal de cada uno) o porque esa persona HABLA NUESTRO IDIOMA. Y cuando decimos algo no necesitamos muchas palabras, enseguida lo ha entendido. ¿Necesitamos para ello haber experimentado las mismas cosas? ¿o haberse abierto mucho al mundo?

Cuanto más viajamos más abiertos estamos a nuevas perspectivas, a nuevas ideas, a nuevas formas de ver la vida, y a ENTENDER COSAS NUEVAS SOBRE LAS MISMAS PALABRAS.

Quizá no haya escrito lo que realmente quiero escribir. Quizá no hayas entendido lo que realmente quería decir.

Pero quizá te haya hecho pensar, aunque sea en otra cosa en la que ni yo misma he caido.

miércoles, noviembre 17, 2004

Sobre la Necesidad

Ayer estuve escuchando un programa de radio (en la cadena Ser) en el que hablaban de la necesidad. La necesidad en general del ser humano. Las necesidades que tenemos como seres humanos (comer, dormir, abrigarnos en caso de hacer frío...), las necesidades que nos vamos creando (el teléfono móvil, las tarjetas de crédito...) y las necesidades que nos crea por ejemplo la publicidad ("ya no puedo estar sin él",...).

Y es que según nos acostumbramos a ciertas cosas, acabamos necesitándolas, aunque hayamos estado años sin nisiquiera saber que existían.

También se hablaba de necesidades no materiales, como la dignidad o la intimidad de cada uno.

Sería una buena reflexión para cada uno de nosotros escribir en un papel todas las necesidades que tenemos, las más importantes y las menos, las materiales y las que no son materiales, las que sean totalmente comprensibles y las que más nos avergüencen (al fin y al cabo será un papel personal, que nadie tenga que leer más que nosotros).

Una vez escrita toda la lista, procedamos a clasificar en orden de importancia (¿qué es más importante para mi, la salud o el amor?), de la más importante a la más irrelevante, todas las necesidades que hemos apuntado.

Y por último, empecemos por el final de la lista y, una por una, propongámonos conseguir tacharlas de la lista en un período de tiempo, el que sea (ya no necesito fumar, o ya no necesito un jersey de Lacoste o ya no necesito mirarme al espejo diez veces antes de salir de casa,...).

Cada vez será más difícil (no necesito la aprobación de los demás para sentirme seguro/a, no necesito beber para divertirme, no necesito a mi mejor amigo para ir al gimnasio,...)

O incluso más todavía (no necesito un trabajo estable, no necesito el amor de mi familia, no necesito una casa...)

Hay gente que de verdad se desprende de todo, se hace nómada y busca su felicidad en la aventura de cada día. Es una opción. Yo no digo que todo el mundo tenga que hacer lo mismo, sólo digo que empecemos desde el final de la lista.

¿De qué serías capaz de prescindir en tu vida? Ten en cuenta que, cuantas menos cosas necesites, más feliz serás.

martes, noviembre 16, 2004

Atrévete

¿Qué es eso que tan guardado tienes y que piensas hacer en cuanto el
pesado de tu jefe te despida de la empresa que te tiene quemado?

¿Hasta dónde serí­as capaz de llegar?

¿Dónde pones los lí­mites?

Tus películas

Hace poco encontré en el blog de Simplemente la idea de hacer un blog comunitario (donde pudiera participar todo el que quisiera) y dedicado a nuestras lecturas.

Me pareció una idea estupenda y decidí apuntarme yo también. Sólo había que mandarle el correo electrónico de contacto para que él te añadiera como miembro activo, y así poder crear tus propios posts sobre los libros que más te habían gustado, los que menos...

Así que me decidí a hacer algo parecido, esta vez con Películas. Para poder ser un miembro activo de este nuevo Blog y poder hablar sobre las películas que más te han gustado o las que menos o simplemente lo que te apetezca sobre el mundo del cine, sólo tienes que mandarme tu e-mail mediante un comentario o enviarlo a esta dirección: matildam@gmail.com.

¿Te apuntas?

miércoles, noviembre 10, 2004

después

Después sigue quedando un vacío que el tiempo irá olvidando. Pero siempre estará ahí. Seguimos sonriendo y pasando momentos realmente increíbles (poco a poco) pero el vacío quedará, como una espina clavada en el corazón.

Hasta que el tiempo olvide o el cerebro procese. Aún así, poco queda por hacer. El daño está hecho, las lágrimas se han perdido a caudales y el corazón está triste.

Poco a poco obligamos a nuestro cerebro a encontrar una idea que nos ayude a vivir mejor con el dolor, y nos agarraremos a ella desesperadamente.

¿Qué es mejor, olvidar o procesar? ¿engañarnos o analizar? ¿reir a pesar de todo o llorarlo todo bien hasta desahogarnos?

Al fin y al cabo el dolor lleva a más dolor: la impotencia y la rabia se traducen en energías negativas (mal humor, pesimismo) que acaban cayendo donde menos esperábamos, produciendo más dolor. Pagando con nuestros cercanos nuestras propias frustraciones.

¿Habrá un después de todo esto? ¿querremos vivir con él?

Y cuando todo lo entendamos y terminemos el proceso de análisis de las causas del dolor... ¿podremos evitarlo en un futuro más o menos lejano? ¿dolerá siempre igual? ¿perderemos algo de nosotros mismos?

¿Cómo se llena el vacío... después?